Introducción:
La estabilidad y la velocidad de un sitio web son cruciales para asegurar la satisfacción de los clientes y aumentar las ventas. De hecho, 9 de cada 10 clientes abandonan un sitio si tarda demasiado en cargarse.
Una red de distribución de contenidos (CDN) aborda ambos aspectos, almacenando en caché y distribuyendo los archivos de tu web desde servidores locales y aportando capas de seguridad, incluida la protección contra ataques de DDoS.
Sigue leyendo y descubrirás qué es una CDN y cómo puede mejorar el rendimiento, la experiencia de tus clientes y, por ende, las conversiones.
Una red de distribución de contenidos (CDN) es un sistema de servidores descentralizados que ofrece contenido y páginas web a usuarios según sus ubicaciones geográficas con tal de mejorar el rendimiento y reducir la latencia. Ya sea en memorias caché o en otros entornos, la CDN almacena los archivos esenciales de un sitio web, como páginas HTML, archivos JavaScript, archivos CSS, imágenes y vídeos en servidores del edge, lo cual acorta los tiempos de carga.
Las CDN distribuyen el contenido de tu sitio web por toda una red mundial de servidores del edge que permite dirigir a los usuarios al servidor más cercano para acelerar la carga.
A continuación, detallamos cómo funciona:
Distribución de contenidos: una CDN almacena copias de los archivos de tu sitio en servidores del edge de todo el mundo, lo cual ayuda a agilizar la distribución de contenidos y reducir los retrasos en la carga.
Servidores del edge: el contenido de tu empresa se almacena en caché en estos servidores, ubicados estratégicamente, a los que se dirige a los usuarios cuando acceden al sitio, según el nivel más bajo de latencia, que normalmente pasa por el servidor que está más cerca.
Equilibrio de carga: las CDN se sirven de sofisticados algoritmos para supervisar el tráfico y equilibrar la carga a lo largo y ancho de la red del servidor del edge. Al redirigir mejor el tráfico y ofrecer más resiliencia, nunca hay un servidor que soporte una carga excesiva, de modo que el rendimiento sigue siendo óptimo aun cuando aumenta el uso del sitio en cuestión.
Recuperación de datos: cuando un usuario final solicita acceder a tu sitio, el servidor del edge más cercano le envía el contenido directamente sin ir a buscarlo al servidor de origen.
Purga y actualización de contenidos: otra función de las CDN es purgar o eliminar y actualizar contenido en todo momento; así, los usuarios siempre ven el contenido más reciente sin que la empresa se tenga que preocupar de si está enviando información obsoleta.
Es importante entender la diferencia entre estos dos modelos de distribución, con el fin de elegir la solución adecuada para tu sitio web y aplicaciones. Exploremos, pues, los aspectos esenciales de cada uno.
El método tradicional de alojamiento depende de servidores centralizados que manejan todo el tráfico de internet y todas las peticiones de archivos de un sitio web, lo cual puede crear cuellos de botella que ralentizan la carga, sobre todo cuando se producen picos de tráfico.
El alojamiento tradicional se distingue por las siguientes características:
utiliza un solo centro de datos o una ubicación de alojamiento para enviar todos los archivos del sitio web;
posibles retrasos causados por la gran distancia que separa a los usuarios de los servidores;
frecuentes cuellos de botella cuando el tráfico sube rápidamente;
interrupciones y tiempo de inactividad que afectan al acceso del sitio web para todos los usuarios.
Las CDN adoptan una estrategia distinta, con servidores repartidos por múltiples ubicaciones, de modo que el contenido se distribuye más rápidamente y los usuarios gozan de un acceso más fiable.
Estas son las principales características de las CDN:
almacenan archivos en caché en nodos repartidos por el mundo;
distribuyen contenido desde el servidor más cercano al usuario;
hay equilibrio de carga en toda la red, lo cual mejora el rendimiento;
si una ubicación da error, habrá otros servidores que podrán atender a tus clientes.
Las CDN se han convertido en una herramienta esencial para optimizar el rendimiento de aplicaciones y sitios web y garantizar la mejor experiencia de uso. Exploremos las seis principales ventajas de implementar una CDN, que demuestran por qué hoy son un componente crucial de la infraestructura web moderna:
Reducción de la latencia: una CDN efectiva minimiza el retardo entre una petición de datos y su envío, porque almacena el contenido de tu sitio web en servidores cercanos a tus clientes, lo cual reduce el tiempo de espera.
Rendimiento superior: al enviarse el contenido desde servidores locales del edge, tus clientes pasarán menos tiempo esperando a que se carguen páginas y activos, incluidos los que consumen más ancho de banda, lo cual redundará en una experiencia de uso más fluida y, por tanto, en una mayor satisfacción.
Seguridad reforzada: las mejores CDN ofrecen capas adicionales de seguridad con, por ejemplo, las siguientes características:
protección contra ataques de DDoS al filtrar tráfico para reconocer peticiones maliciosas;
CDN repartidas por el mundo que, gracias a su gran capacidad y alto ancho de banda, pueden dar cabida a un tráfico excepcional y evitar que alcance tu servidor de origen;
protección de los datos con certificados Secure Socket Layer (SSL) y de seguridad de la capa de transporte (TLS), que garantizan un alto nivel de cifrado y autenticación;
firewalls de aplicaciones web (WAF), que analizan y canalizan cada petición HTTP, bloqueando las amenazas a la capa de la aplicación (capa 7) y dejando pasar solamente el tráfico seguro;
uso de tecnologías de detección para identificar y neutralizar con rapidez bots que realizan tareas automáticas y que podrían servir de punta de lanza de ataques maliciosos.
Reducción de costes: al almacenar contenido en caché, una CDN reduce el volumen de datos que es necesario intercambiar con tus servidores de origen, lo cual recorta los gastos en infraestructura de tu empresa, puesto que el mismo contenido llega a más usuarios finales usando menos recursos. Las CDN también pueden contribuir a rebajar los costes de ancho de banda redirigiendo el tráfico de los servidores de origen a los servidores de la CDN.
Mayor escalabilidad: durante periodos de mucho movimiento, como las ofertas del Black Friday o el lanzamiento de un nuevo producto, una CDN puede ampliar su capacidad para lidiar con grandes picos de tráfico en tu sitio web. Gracias a esta escalabilidad bajo demanda, las empresas pueden racionalizar sus gastos en servidores y evitar pagar capacidad inútil durante épocas de menor actividad.
Mayor visibilidad: los buscadores ponen mucho énfasis en la velocidad de los sitios. Al mejorar los tiempos de carga mediante el almacenamiento en caché y la distribución de contenidos, una CDN influye de manera positiva en la percepción que tienen de tu sitio los buscadores, lo cual genera visibilidad y tráfico orgánico.
Mayor disponibilidad: las CDN permiten que las aplicaciones y los sitios web permanezcan «siempre disponibles» y evitan mensajes de error que no hacen más que fastidiar a los usuarios finales. Si el servidor de origen queda fuera de servicio, la CDN puede seguir enviando el último contenido almacenado en caché desde puntos de presencia (POP) que están distribuidos estratégicamente por el mundo.
Las CDN son populares entre empresas de todos los sectores porque mejoran experiencias tanto de clientes como de trabajadores.
Entre sus casos de uso, se encuentran los siguientes:
Comercio electrónico: del retail al turismo, las CDN mejoran la experiencia de compra de los clientes al cargar las páginas de productos más rápido, agilizar el proceso de compra y reforzar la seguridad de las transacciones. También pueden lidiar con grandes volúmenes de tráfico y regular los picos de tráfico, ya sean normales o inesperados.
Medios de comunicación y entretenimiento: una CDN es imprescindible para ofrecer vídeos, juegos y música en streaming de forma fluida. Previene el almacenamiento en búfer, de modo que tus usuarios pueden disfrutar del contenido sin interrupciones.
Formación online: los profesionales de la educación utilizan las CDN para alojar todo tipo de materiales de cursos y realizar clases virtuales en vivo, con la garantía de que los alumnos no tendrán ningún problema para acceder a los recursos correspondientes.
Portales de noticias: si las noticias llegan por una CDN, lectores de todo el mundo podrán consultar los últimos titulares incluso en periodos de mucho tráfico.
Servicios financieros: las CDN cargan aplicaciones de banca, inversión y otros servicios financieros de forma rápida y segura para facilitar el acceso a los clientes. También pueden almacenar API en caché y presentar contenido muy dinámico, como precios de acciones.
Redes sociales: al reducirse la latencia y agilizarse la distribución de contenidos en múltiples dispositivos, los usuarios interactúan sin trabas con las plataformas, lo cual tiene especial importancia en sitios con mucho tráfico y abundante contenido multimedia.
Sanidad: los pacientes y el personal sanitario pueden acceder al historial médico y a servicios de salud a distancia sin demoras que puedan entrañar riesgos.
Videojuegos: gracias a la baja latencia de las CDN, los jugadores online disfrutan de experiencias fluidas y sin retardo en todos sus dispositivos.
Prensa digital: las empresas que cuentan con un gran número de lectores por todo el mundo pueden beneficiarse del uso de CDN para gestionar el tráfico, las descargas de páginas y las transacciones, entre otros aspectos.
Empresas tecnológicas: las CDN permiten la gestión de registros y análisis en tiempo real, a la enorme escala que requieren los proveedores de SaaS. Pueden ofrecer datos y estadísticas útiles para mejorar la experiencia de uso día tras día.
Caso de uso de ejemplo: una CDN en acción
Veamos un ejemplo que ilustra cómo logran las CDN distribuir contenido a los usuarios con más rapidez y eficiencia.
Pongamos por caso un usuario final que visita su portal de noticias favorito. Al especificar la URL, se inicia la comunicación entre el navegador y el servidor del portal en el que está alojada la página web (el origen). El intercambio de comunicaciones entre el navegador y el origen pasa por varias fases: la transmisión de la búsqueda de DNS, el enrutamiento, el protocolo de enlace de TCP y TLS y, finalmente, la transmisión HTML. También intervienen varios archivos, como CSS o JavaScript, y vídeos e imágenes del portal de noticias.
Pongamos que el usuario vive en San Francisco y que el servidor del portal de noticias está en Nueva York. Recuerda que las comunicaciones entre el navegador del usuario y el servidor del portal se producen a través de cableado real; es decir, la distancia física entre San Francisco y Nueva York añade retraso, o «latencia», a la experiencia de navegación. Ahora imaginemos que nuestro usuario vive en Australia y que las comunicaciones tienen que hacer trayectos de ida y vuelta entre Australia y Nueva York. Lógicamente, esa distancia incrementaría la latencia de manera significativa, con lo que la experiencia de uso resultaría gravemente afectada.
Sin embargo, la situación cambia drásticamente si añadimos una CDN a la ecuación.
Ya sabemos que cuanto más cerca esté el usuario del servidor del portal de noticias, más rápida será la experiencia. Bueno, pues es aquí donde intervienen las CDN, ya que acercan físicamente los servidores a los usuarios finales, con la consiguiente reducción de los tiempos de carga.
Conociendo esa ventaja, el portal de noticias ha decidido «almacenar en caché» su contenido en varias CDN. O sea, lo guarda de forma temporal. Así, el navegador del usuario se puede comunicar con un servidor ubicado en un lugar más cercano, lo que ahorra trayectos de ida y vuelta entre Nueva York y San Francisco. En cuanto al usuario que tenemos en Australia, su navegador se puede conectar a un POP de esa parte del mundo, como puede ser Sídney.
Además, como el contenido almacenado en caché solo se guarda temporalmente, las CDN también purgan contenido; es decir, lo eliminan y actualizan de forma constante. En consecuencia, las empresas ya no tienen que preocuparse de si distribuyen contenido caducado: gracias a las CDN, se distribuye automáticamente el contenido más actualizado. Por eso, nuestro usuario nota que la noticia que busca se carga mucho más rápido y puede consultar los últimos titulares a lo largo del día. Es decir, las CDN potencian enormemente la experiencia de uso, y es de suponer que también la fidelidad de los usuarios, que no dudarán en volver a ese portal de noticias.
Una CDN puede añadir mucho valor al optimizar el rendimiento web y la experiencia online de tus usuarios finales, lo cual reforzará la fidelidad y la imagen de la marca. De hecho, para cualquier empresa con presencia online, las CDN solo ofrecen ventajas: ayudan a incrementar el rendimiento, la disponibilidad, la escalabilidad y la seguridad al tiempo que reducen costes. Ya lleves un popular sitio de comercio electrónico, un blog con abundante contenido multimedia o una aplicación web con mucho tráfico, implementar una CDN puede mejorar de forma significativa tu presencia online y la satisfacción de los usuarios.
Pero, cuando hay tantos proveedores tratando de llamar tu atención, ¿cómo puedes separar el trigo de la paja?
A continuación, exponemos los factores esenciales que deberás tener en cuenta a la hora de seleccionar un proveedor de CDN para que tus activos digitales funcionen como la seda y no dejes de ganar usuarios:
Antes de comenzar la búsqueda, piensa en tus requisitos particulares. Para no dejar nada al azar, valora factores como el volumen medio de tráfico de tus sitios, las ubicaciones geográficas de tus clientes y tus necesidades en cuanto a seguridad.
Por ejemplo, un gran volumen de tráfico precisará de más servidores en más regiones, mientras que las aplicaciones con datos sensibles requerirán medidas avanzadas de protección.
Busca un proveedor con experiencia acreditada distribuyendo contenido a toda velocidad sin apenas interrupciones. Unas métricas de rendimiento y unos porcentajes de tiempo de actividad claramente positivos indican que contarás con una infraestructura fiable que crecerá con tu negocio. Asimismo, repasa las reseñas de otros clientes para asegurarte de que el proveedor ofrece un buen servicio.
Con una extensa red de servidores en todo el mundo, tu audiencia tendrá garantizada una carga rápida esté donde esté, sin retrasos que dañen la imagen de tu marca. Además, si los servidores están diseminados por el mundo, gozarás de flexibilidad para adentrarte en nuevos mercados.
Busca capacidades como la protección contra ataques de DDoS y la compatibilidad con SSL/TLS para cifrar conexiones. Por otro lado, con unos controles de acceso avanzados te asegurarás de que solo pueden gestionar tu contenido usuarios autorizados, lo cual salvaguarda los datos de tu negocio y tus clientes.
Si quieres que aumente el tráfico hacia tus sitios y aplicaciones, deberás escoger un proveedor que ofrezca escalabilidad sin costes excesivos para que se adapte a medida que cambian tus necesidades.
Decántate por un proveedor que complemente sus servicios con una asistencia rápida cuando haga falta. Una asistencia técnica exclusiva y un gestor de cuentas asignado simplifican la gestión y la resolución de problemas, y si esa ayuda se ofrece las 24 horas y sin esperas, tus usuarios finales no sufrirán interrupciones.
Ten en cuenta factores como los límites en transferencia de datos o servicios adicionales que afecten al coste total. Es importante elegir un modelo que se ajuste a tu presupuesto y a las ganancias previstas.
Deberás contar con un proveedor que ofrezca integraciones sencillas para las herramientas y plataformas que ya utilizas, con un sistema intuitivo para que tus empleados puedan centrarse en otras tareas.
El alojamiento tradicional, por sí solo, no está a la altura de las expectativas de los clientes actuales, que siempre están online. Escoger la red de distribución de contenidos (CDN) adecuada puede ser un factor determinante para tu presencia online. Por mucho que todas las CDN afirmen ser la panacea a tus problemas de velocidad y estabilidad, la solución acertada deberá ofrecer un conjunto completo de funcionalidades para cumplir esa promesa.
La CDN de Fastly destaca por sus capacidades versátiles y por una experiencia más que contrastada. Fastly dispone de la sólida infraestructura que garantizará que tus sitios, aplicaciones y API se ejecuten a la máxima velocidad con seguridad y escalabilidad integradas.
Fastly incluye, entre otras, las siguientes ventajas:
Red del edge global: la CDN de Fastly, con 291 Tbit/s de capacidad global en el edge, garantiza una distribución de contenidos ágil y fiable, con los mínimos retrasos y con unos tiempos de carga óptimos en todo el mundo.
Almacenamiento en caché eficiente: Fastly ofrece, de media, invalidación del caché en 150 ms a nivel mundial, para que puedas actualizar rápidamente y tus usuarios finales reciban el contenido más reciente sin esperas.
Despliegues rápidos y alta precisión: las soluciones de seguridad, como el WAF, se pueden desplegar en cuestión de minutos y ofrecen un 90 % de efectividad a la hora de bloquear tráfico malicioso, sin apenas falsos positivos.
Datos de registros instantáneos: Fastly envía el 100 % de los datos de registros en tiempo real, para que tengas acceso inmediato a información práctica para supervisar y resolver problemas.
Escalabilidad flexible: Fastly también ofrece escalabilidad automática sin restricciones de capacidad, lo cual resulta idóneo para empresas que estén creciendo mucho o que deban manejar patrones de tráfico variables.
Consolidación de proveedores: la plataforma unificada de Fastly consolida múltiples servicios, como CDN, seguridad y programación, de modo que se recortan gastos y se simplifica la gestión al hacer falta menos proveedores.
Alto nivel de satisfacción del cliente: Fastly lleva años obteniendo puntuaciones altas en la satisfacción de sus clientes (98 % de CSAT) y ofrece unos tiempos de respuesta ultrarrápidos (10 minutos para clientes Enterprise) con resolución efectiva de incidentes.
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