La velocidad o el rendimiento de un sitio web mide lo rápido que un navegador puede cargar una página enteramente funcional en un sitio web; es decir, con todos los elementos de la página íntegramente cargados, visibles y funcionales.
Métricas importantes sobre la velocidad web
Existen varias métricas del estado de un sitio que analizan la velocidad o el rendimiento:
Cambio de diseño acumulativo (CLS): mide la estabilidad del diseño de la página de una carga a otra.
Tiempo hasta el primer byte (TTFB): el TTFB mide el tiempo que tarda en llegar desde el servidor el primer byte de datos.
Tiempo de respuesta del servidor: esta métrica indica la rapidez de respuesta de tu servidor a la petición de un navegador.
Carga del elemento visual más grande (LCP): mide cuánto tarda en cargar el elemento visible más grande, como una imagen de alta calidad o un gran bloque de texto.
Tiempo de carga de la página: se refiere al tiempo total que tarda una página web en cargarse íntegramente, incluyendo todas las imágenes, las secuencias de comandos y demás contenido.
La velocidad de un sitio está determinada por factores como el tamaño y la cantidad de contenido, el uso de complementos, la complejidad del tema, la calidad del proveedor de alojamiento, la ubicación del servidor en relación con los usuarios y el número de scripts de terceros implementados. Si prestas atención a estos elementos, habrás dado un primer paso para ofrecer una experiencia más rápida a tus clientes.
Exploremos cada aspecto para ver cómo influyen en la velocidad web:
El tamaño de las fotos y los vídeos que incluyan tus páginas afectará al rendimiento del sitio. Los archivos más grandes de imágenes y contenido multimedia tardarán más en descargarse que los que estén optimizados. También la cantidad afecta a la velocidad: más contenido multimedia requiere más procesamiento por parte del navegador.
Los complementos optimizan la funcionalidad de tu sitio, pero añaden código que el navegador debe procesar; así, un número excesivo ejecutándose al mismo tiempo ralentiza los sitios, mientras que los complementos que presentan un código deficiente pueden entrar en conflicto con otros recursos y aumentar el tiempo de carga.
Los temas preciosistas, con muchos elementos gráficos, también aumentan los tiempos de carga y afectan a tu cambio de diseño acumulativo, como ocurre cuando se usan herramientas de creación de páginas con un diseño deficiente que añade código innecesario.
El alojamiento compartido puede introducir retardo en tu sitio porque estarás usando recursos en común con otros sitios web, y es posible que el tuyo no esté a la cabeza de la cola. Además, los proveedores baratos suelen utilizar discos duros y tecnologías de servidores obsoletas que, inevitablemente, acarrean unos tiempos de carga excesivos.
Cuanto más cerca está un servidor del cliente, más rápido se carga tu sitio. Si el usuario se encuentra a bastante distancia, sus peticiones deben pasar por redes varias que alargan tanto el tiempo de carga como el tiempo hasta el primer byte.
Las secuencias de comandos de anuncios o widgets de redes sociales, entre otros servicios, pueden resultar muy útiles en ciertos aspectos pero añaden retraso a tu sitio, ya que cada secuencia adicional implica más datos que deben cargarse y procesarse.
Para medir la velocidad de un sitio web, puedes utilizar herramientas como Google PageSpeed Insights, GTmetrix, Pingdom, WebPageTest o Lighthouse, que analizan tiempos de carga y métricas de rendimiento, y ofrecen consejos de optimización. Repasemos qué ofrece cada una de estas populares herramientas:
PageSpeed Insights de Google: esta herramienta gratuita de Google prueba las velocidades en móvil y ordenador por separado, y sugiere maneras de mitigar factores que puedan afectar al rendimiento del sitio.
GTmetrix: con GTmetrix, puedes ejecutar una prueba detallada en tu sitio y recibir un informe acerca del tiempo de carga, el tamaño de la página y recomendaciones de optimización. Dicho de otro modo, esta solución analiza el rendimiento de la carga y pone de relieve oportunidades para reducir el tamaño de la página.
Pingdom: Pingdom te permite supervisar el rendimiento y la velocidad del sitio web a lo largo de tiempo. Comprueba el tiempo de carga y la distribución geográfica, y ofrece alertas acerca de incidentes con la velocidad o la disponibilidad que puedan afectar a tus visitantes.
WebPageTest: esta herramienta realiza pruebas de velocidad en tu sitio web desde múltiples ubicaciones del mundo, a partir de las cuales genera gráficos sobre el rendimiento y el tiempo de carga para ayudarte a identificar cuellos de botella o áreas por optimizar.
Lighthouse: la herramienta de auditoría de código abierto de Google evalúa varios aspectos de tu sitio para ayudarte a mejorar la experiencia de los visitantes. También mide el grado de adaptación de tu sitio a los móviles y su capacidad de respuesta ante distintos tamaños de pantalla.
Según un estudio de Google y SOASTA, más de la mitad de los usuarios móviles abandonan un sitio web si tarda más de 3 segundos en cargar. Los sitios que se cargan rápidamente mejoran la experiencia de uso, alargan el tiempo de visita y cosechan una mayor capacidad de retención, un mejor posicionamiento en buscadores y más conversiones.
La velocidad es crucial, puesto que los usuarios de hoy en día esperan que los sitios web se carguen y respondan casi al instante. A mayor velocidad, mayor retención y satisfacción de los usuarios, mejores tasas de conversión y posicionamiento en buscadores, menores costes operativos y mayor confianza y credibilidad para tu marca. En cambio, los retrasos en el tiempo de carga perjudican la experiencia de los visitantes y los objetivos de tu negocio.
A continuación, exponemos las principales razones que explican la importancia de la velocidad web:
Refuerza la retención de usuarios: si tu sitio tarda en responder, los visitantes lo abandonarán y la retención se irá a pique; en cambio, una buena velocidad alarga las sesiones.
Aumenta la satisfacción de los usuarios: las páginas que se cargan rápidamente dan pie a una experiencia fluida. Los usuarios valorarán no tener que esperar y tendrán una mayor satisfacción, lo cual influirá en sus reseñas y recomendaciones.
Mejora el posicionamiento en buscadores: recortar los tiempos de carga contribuye a que más usuarios encuentren tu empresa de forma orgánica, ya que Google tiene en cuenta la velocidad de los sitios a la hora de ordenarlos.
Multiplica las tasas de conversión: si una página se carga al instante, es más probable que los visitantes compren o dejen su información de contacto.
Reduce los costes operativos: un rendimiento optimizado reduce tanto el uso de ancho de banda como la necesidad de un alojamiento costoso con múltiples recursos, de modo que ahorrarás en gastos operativos a largo plazo.
Promueve la confianza y la credibilidad: para los usuarios, la rapidez de un sitio equivale a profesionalidad e indica que la empresa se centra en sus clientes, lo cual refuerza la imagen de la marca.
Si tu sitio no rinde como debería, puedes solucionarlo con una serie de herramientas y estrategias aplicables que no pasen por crear otro sitio desde cero. A continuación, presentamos maneras prácticas de optimizar tu sitio y darle un gran impulso a su velocidad, lo cual redundará en una mejor experiencia de uso y un posicionamiento más alto en buscadores:
Empieza cambiando el tamaño de las imágenes para que se ajusten a las dimensiones que hacen falta en la página en cuestión y, así, no tengas que cargar archivos demasiado pesados. Puedes utilizar complementos de compresión de imágenes o herramientas como TinyPNG para condensar las imágenes y eliminar código innecesario que no se ve. También podrías manejar formatos de archivo optimizados como WebP, que ofrece una compresión superior tanto con pérdida como sin pérdida de información.
El almacenamiento en caché guarda copias de los archivos en el dispositivo local del usuario, de modo que no hace falta volver a cargarlos con cada visita. Implementar este almacenamiento disminuye en gran medida el tiempo de carga para los visitantes que vuelven a tu sitio.
Para ello, puedes instalar complementos que almacenen activos estáticos en caché, lo cual evitará peticiones al servidor. Para WordPress, por ejemplo, existen complementos de este tipo como Litespeed Cache, WP Rocket, WP Fastest Cache y W3 Total Cache.
También puedes decidirte por el alojamiento en el lado del servidor, que encontrarás en la mayoría de empresas con suscripciones de alojamiento gestionado. Con esta tecnología, no hace falta que optimices nada ni instales aplicaciones de almacenamiento en caché, ya que de ello se encarga el mismo proveedor.
Minificar consiste en eliminar del código caracteres prescindibles como espacios, comentarios y saltos de línea, lo cual reduce el tamaño de los archivos. Herramientas como UglifyJS para JavaScript, CSSNano para CSS y HTMLMinifier para HTML automatizan este proceso.
Por su parte, muchos sistemas de gestión de contenidos ofrecen complementos o herramientas integradas que te ayudarán a minificar el código y acelerar tu sitio. En WordPress, sin ir más lejos, puedes utilizar tu complemento habitual de almacenamiento en caché o el complemento Autoptimize.
Cada redireccionamiento crea una petición HTTP adicional que aumenta los tiempos de carga. Para eliminarlos, enlaza directamente al destino final. Puedes buscar redireccionamientos innecesarios en tu sitio con herramientas de comprobación que encontrarás en internet, para luego automatizar el proceso.
La compresión reduce el tamaño de los archivos que se envían desde tu servidor al navegador y, así, se agilizan las descargas. Gzip y Brotli son dos métodos habituales de compresión de archivos. Además, son compatibles con la mayoría de servidores web y es muy fácil habilitarlos mediante tu aplicación de almacenamiento en caché.
Factores como el software, el tráfico y la calidad del alojamiento del servidor afectan al tiempo de respuesta. Mejora el rendimiento de tu servidor actualizando el hardware, eligiendo programas eficientes y contratando servicios de alojamiento gestionado. Ve supervisando las métricas del servidor para detectar y corregir problemas, como consultas lentas o un alto uso del procesador.
La carga diferida permite retardar la carga de activos no esenciales hasta que sean necesarios, con tal de acelerar el tiempo de carga inicial de las páginas. Para implementarla, sírvete de bibliotecas de JavaScript como LazyLoad.js o atributos HTML como loading="lazy" para las imágenes.
También puedes aprovechar tu complemento habitual de optimización de imágenes o almacenamiento en caché para configurar tu sitio de modo que cargue contenido multimedia solo cuando aparezca en la pantalla, lo cual mejora tanto la velocidad como la experiencia de uso.
Las CDN modernas distribuyen los archivos de tu sitio web por servidores de todo el mundo y, así, recortan la distancia hasta el contenido y los tiempos de carga para tus usuarios, estén donde estén.
Además de mejorar la velocidad, la mayoría de las CDN pueden comprimir imágenes y archivos para que sean más pequeños antes de enviarlos a los usuarios, lo cual redunda en ahorro de ancho de banda y mayor velocidad si cabe para cargar contenido.
Las CDN también ofrecen funcionalidades de seguridad, como la defensa ante ataques de DDoS y el tráfico de bots, que pueden ralentizar los tiempos de respuesta. Optimizan el código y almacenan en caché activos solicitados a menudo, de modo que ya no hace falta procesar tantos elementos cuando los visitantes vuelven a tu sitio.
Si entiendes cómo funciona la velocidad de tu sitio y la aumentas, podrás mejorar la satisfacción de los usuarios, el posicionamiento en buscadores y las tasas de conversión. Herramientas como la CDN de Fastly facilitan la consecución de estos objetivos.
No en vano, Fastly es una CDN líder en la optimización de la velocidad web por varios motivos:
Plataforma del edge programable: el procesamiento en el edge de Fastly te da control en tiempo real de la distribución de contenidos. Personaliza y optimiza el rendimiento a nivel mundial con API y scripting en el edge flexibles.
Optimización de imágenes: la CDN comprime y optimiza imágenes de forma automática, lo cual reduce el tamaño de los archivos sin perjudicar su calidad. Así, incluso los sitios con muchas imágenes se cargan rápidamente.
Equilibrio de carga: Fastly reparte el tráfico entre los servidores de forma eficiente para evitar las sobrecargas y mantener la velocidad durante los picos.
Almacenamiento en caché en el edge: la CDN de Fastly almacena contenido en caché en el borde de la red, más cerca de los usuarios, de modo que se reduce la distancia que recorren los datos y se aceleran los tiempos de carga.
Supervisión y creación de registros en tiempo real: Fastly ofrece supervisión y análisis detallados para que estés al corriente del rendimiento y detectes aspectos mejorables al instante.
Si quieres saber por qué empezar con la CDN de Fastly es ahora más fácil con Glitch, haz clic aquí.
Descubre cómo puedes ahorrar con Fastly