La falta de conexión entre los sistemas de software trae de cabeza a muchas empresas. Esta separación entre los programas suele crear barreras que confinan datos importantes dentro de cada aplicación y puede dificultar la colaboración entre distintos departamentos.
El modelo de componentes de WebAssembly soluciona este problema al dividir el software en elementos pequeños e interconectados. Cada uno de estos elementos o componentes se encarga de tareas concretas y se comunica a través de canales bien definidos, lo cual facilita la conexión y la gestión de distintas partes de los sistemas de una empresa.
Sigue leyendo para obtener más información sobre el modelo de componentes y descubrir cómo puede derribar las barreras de información entre sistemas.
Los modelos de componentes son entornos que definen el diseño de los componentes de software y las uniones que existen entre ellos. Para que te hagas una idea, son como los planos de una construcción con piezas de Lego en formato digital. Cada pieza o componente es una unidad independiente que se encarga de una tarea concreta.
Estos componentes se conectan entre sí de maneras muy claras, del mismo modo que se juntan las piezas de Lego. Este diseño permite utilizarlos en distintas combinaciones en función de las necesidades del negocio. Al fin y al cabo, las mismas piezas de Lego permiten construir una casa y una nave espacial.
Esta modularidad facilita la labor de mantener el sistema a pleno funcionamiento. Cuando se produce un problema, se puede encontrar y solucionar sin dificultad porque es posible centrarse en el componente que falla en lugar de tener que desmontar todo el sistema, así se reducen al mínimo las interrupciones operativas.
Gracias a los modelos de componentes, las empresas pueden crear sistemas de software más flexibles y sencillos de gestionar. Esta flexibilidad permite adaptar la tecnología a medida que sus necesidades cambian o se amplían.
Los modelos de componentes desempeñan un papel fundamental a la hora de crear una infraestructura integrada que facilite el intercambio de información entre equipos. Esto no solo ahorra tiempo y trabajo, sino que además impulsa la colaboración. Como resultado, las empresas pueden aprovechar las oportunidades que se presenten y abordar las dificultades de una manera más coordinada. Mejorar la integración de las soluciones que utilizáis actualmente con un modelo de componentes puede ser la clave para crear un entorno flexible para una empresa en auge.
Veamos cuáles son las principales ventajas de los modelos de componentes.
Modularidad: como este diseño divide el software en piezas interconectadas que se encargan de tareas concretas, los equipos pueden trabajar de forma independiente y, al mismo tiempo, colaborar. Cuando hay que hacer algún cambio, basta con ajustar los componentes que correspondan, lo cual reduce las interrupciones.
Reutilización: los componentes con funciones bien definidas se pueden utilizar en distintos entornos, por lo que no hay necesidad de crear las mismas soluciones una y otra vez. En su lugar, los componentes comunes pueden adaptarse e integrarse según sea necesario. Como los componentes solo tienen que crearse una vez y se pueden utilizar en varios sistemas, la productividad aumenta considerablemente.
Fácil mantenimiento: los modelos de componentes lo ponen fácil para detectar y resolver problemas al vuelo. Los componentes están separados y se comunican con claridad, por lo que las pruebas y las correcciones se vuelven más sencillas durante el mantenimiento rutinario.
Escalabilidad y rendimiento: cuando cambien las necesidades de tu empresa, esta estructura modular facilitará la escalabilidad. Los componentes se encargan de tareas concretas y predefinidas. Este diseño permite a una empresa ampliar sus funcionalidades con solo añadir nuevas piezas y adaptarse sin sacrificar rendimiento.
Capacidades de la informática en el edge: algunos componentes funcionan mejor si se colocan en dispositivos en el edge; es decir, más cerca del lugar donde los usuarios interactúan con las aplicaciones. El diseño modular permite hacer pruebas de soluciones tanto en el edge como en la nube de acuerdo con sus necesidades. Esta flexibilidad aporta dinamismo mediante piezas interconectadas que se despliegan en los puntos de procesamiento más eficaces.
Conviene que sigas una serie de prácticas para sacar todo el partido a los componentes cuando diseñes sistemas para tu empresa. Ahí van unas cuantas sugerencias.
Crea una serie de reglas relacionadas con la nomenclatura, el diseño de interfaces, la gestión de errores y la documentación. Cuanto más claras sean estas reglas, más eficientes serán los equipos. Por ejemplo, puedes decidir que todos los componentes se llamen algo así como «función.nombre_componente».
Un directorio de componentes te permite centralizar los recursos para encontrarlos fácilmente. Lo suyo es que añadas todos los componentes e indiques sus funciones y su uso para que nadie pierda tiempo con otras soluciones ni en hacer búsquedas.
Un sistema de gestión de versiones ayuda a mantenerlo todo al día y sin interrupciones inesperadas a medida que los componentes evolucionan. Conviene que distingas entre los cambios importantes, los que no lo son tanto y los parches para que las actualizaciones sean más sencillas y no afecten a otros entornos. También puedes registrar los errores para facilitar la resolución de problemas.
Asigna evaluaciones de los modelos de componentes a varios equipos antes de añadirlos al sistema central. Puede que suponga un esfuerzo, pero te ahorrará quebraderos de cabeza a la larga.
La velocidad importa, sobre todo cuando hablamos de componentes interconectados. Céntrate en la colaboración, la reducción de los trayectos de ida y vuelta, el tiempo de carga de las páginas y la transferencia de datos a alta velocidad, y pon en marcha soluciones de seguridad que protejan los datos y a los usuarios durante todo el proceso. Para ello, asegúrate de que los usuarios y los componentes autorizados sean los únicos que puedan acceder a la información transferida y almacenada.
Aunque los modelos de componentes tienen muchas ventajas, implementarlos de una manera efectiva tiene su aquel. Veamos cuáles son las principales dificultades que presentan.
Gestión de la complejidad: cuanto más crezca tu sistema, más complejas serán las interacciones entre los componentes. Para gestionar todo esto, procura que la documentación sea clara en todo momento y usa herramientas visuales que muestren las relaciones entre los componentes.
Pérdida de rendimiento: la comunicación entre los componentes puede pasar factura al rendimiento del sistema. Para que tenga el menor impacto posible, optimiza las transferencias de datos entre los componentes y plantéate el uso del almacenamiento en caché allá donde corresponda.
Compatibilidad de versiones: lograr que componentes de distintas versiones funcionen en sintonía puede tener su miga. Si adoptas políticas de versiones estrictas y sigues procedimientos minuciosos durante las pruebas, las actualizaciones irán como la seda en todo el sistema.
Cuestiones de seguridad: la interacción entre distintos componentes puede generar puntos débiles. Para resolver este problema, pon en marcha fuertes medidas de seguridad en sus interfaces y audita el sistema con frecuencia en busca de vulnerabilidades.
Coordinación del personal: cuando hay varios equipos trabajando en distintos componentes, la coordinación se puede resentir. Utilizar canales de comunicación bien definidos, organizar reuniones a menudo y establecer estándares compartidos ayuda a resolver este problema.
Los modelos de componentes desempeñan un papel fundamental en el diseño de software moderno porque dividen las aplicaciones en partes modulares, reutilizables y de fácil mantenimiento. Esto simplifica la integración, mejora la escalabilidad y permite llevar a cabo actualizaciones sin interrupciones en el sistema central.
Fastly se desmarca de otros proveedores al utilizar WebAssembly (Wasm) en lugar de modelos de componentes convencionales. Esto permite a Fastly ofrecer soluciones de informática en el edge seguras y de alto rendimiento. Gracias a Wasm, Fastly puede ejecutar código a velocidades prácticamente nativas en el edge, por lo que el procesamiento es más seguro y eficiente. Además, se realiza más cerca de los usuarios finales.
Veamos qué aporta WebAssembly a Fastly.
Velocidad y rendimiento: Wasm compila código según instrucciones a nivel de máquina, por lo que este se ejecuta a velocidades prácticamente nativas. Esto es muy importante para la informática en el edge, ya que una baja latencia y un alto rendimiento son esenciales para atender las necesidades de los usuarios.
Seguridad: WebAssembly cuenta con un entorno aislado que separa el código en ejecución del host. Esto ayuda a prevenir problemas de seguridad y garantiza que las vulnerabilidades de un módulo no afecten a todo el sistema.
Flexibilidad en el uso de lenguajes: Fastly admite varios lenguajes de programación a través de WebAssembly. Los desarrolladores pueden usar lenguajes como Rust, JavaScript y Go para escribir código que luego se compila en WebAssembly, lo cual simplifica la integración con sus herramientas y procesos.
Escalabilidad: el diseño modular de WebAssembly permite a Fastly ampliar sus servicios con solo añadir nuevos módulos. De esta forma, es posible integrar nuevas funcionalidades sin que estas se entrometan con las soluciones que ya utilizan los clientes.
Compatibilidad con varias plataformas: la solución también funciona en diferentes entornos, desde navegadores hasta servidores, de modo que los desarrolladores pueden desplegar código continuamente en varias plataformas y así seguir mejorando la experiencia de uso.
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