La informática sin servidores es un método que permite ofrecer servicios de backend cuando se necesitan, ni más ni menos. Aunque se sigue basando en servidores, a las empresas que contratan proveedores de este servicio se les factura por el uso real, no por un ancho de banda fijo o un número determinado de servidores.
La informática sin servidores es un tipo de informática en la nube. La informática en la nube ha cambiado las reglas al ofrecer una amplia variedad de modelos de backend que se adaptan a distintos requisitos. Ahora mismo, los modelos que despiertan más interés son los de informática sin servidores, backend como servicio (BaaS) y plataforma como servicio (PaaS). Como cada uno tiene sus ventajas y particularidades, resulta fundamental que las organizaciones conozcan a fondo sus funcionalidades.
De esta forma, podrán tomar decisiones más acertadas y desatar todo el potencial de la informática sin servidores para satisfacer sus necesidades.
En un panorama digital como el de hoy en día, las empresas siempre están buscando soluciones innovadoras para aumentar la eficiencia y reducir los costes. Aquí entra en juego la informática sin servidores, un enfoque revolucionario que despeja la gestión de servidores de la ecuación y ofrece todo tipo de ventajas. La informática sin servidores hace que las operaciones sean más rentables y eficientes, aumenta la productividad y simplifica tanto las actualizaciones como el mantenimiento.
Escalabilidad rentable: como no hay que gestionar servidores, las empresas pueden reducir considerablemente los gastos operativos generales. Gracias a la informática sin servidores, estas organizaciones no pagan por servidores fijos, sino por el espacio que utilizan en ellos, lo que se traduce en un aprovechamiento óptimo de los recursos y una reducción de los costes. Los proveedores ofrecen una escalabilidad bajo demanda y sin trabas que permite a las empresas gestionar cargas de trabajo cambiantes sin intervención manual ni aprovisionamiento excesivo.
Mayor productividad: los equipos de desarrollo pueden dedicar menos tiempo a la infraestructura y más a la programación, lo cual aumenta la productividad y agiliza la creación de aplicaciones. Las plataformas de informática sin servidores admiten Java, Python, JavaScript, Go, node.js y otros lenguajes de programación, así que los desarrolladores pueden utilizar el que más les convenga, y lo mismo se puede decir del marco de trabajo. Con semejante nivel de flexibilidad, estos equipos pueden dar rienda suelta a su creatividad y exprimir al máximo sus habilidades para acortar los ciclos de desarrollo de aplicaciones y hacerlos más eficientes.
Ciclos de desarrollo más cortos: los lanzamientos de aplicaciones son más rápidos con la informática sin servidores porque no hay necesidad de configurar backends a mano, con las complicaciones que esto puede conllevar, ni de seguir procesos complejos. Los desarrolladores pueden actualizar las aplicaciones, aplicar correcciones y añadir nuevas funcionalidades al momento y de una forma que no afecte a todo el stack. Además, la posibilidad de modificar funcionalidades de manera independiente proporciona un control pormenorizado y minimiza las interrupciones en toda la aplicación. Esta mayor agilidad permite a las empresas responder rápidamente a las exigencias del mercado, mejorar la experiencia de uso y evitar retrasos.
Mantenimiento simplificado: la actualización y el mantenimiento del software a la antigua usanza suelen conllevar procesos complejos y el riesgo de interrupciones generales en la aplicación. Por suerte, la informática sin servidores simplifica estos procesos, ya que los desarrolladores pueden modificar funciones de manera independiente. El resultado de este control milimétrico es una mayor eficiencia a la hora de resolver problemas, un menor impacto de las actualizaciones y un mantenimiento sencillo. Los desarrolladores pueden aplicar correcciones y ampliar funciones con una mayor estabilidad operativa y un riesgo mínimo de interrupciones en toda la aplicación.
Cuando una empresa busca soluciones rentables y eficientes, la informática sin servidores es una oferta que no puede rechazar. Como no tienen que gestionar servidores, las empresas pueden optimizar el uso de los recursos, mejorar la escalabilidad de sus operaciones y reducir considerablemente el gasto. Mayor productividad, actualizaciones sencillas y mantenimiento simplificado: estas grandes bazas de la informática sin servidores ayudan a hacer más hincapié en la programación, agilizan el desarrollo de aplicaciones y contribuyen a ofrecer una experiencia de uso impecable.
La informática sin servidores goza de gran popularidad debido a su escalabilidad, su rentabilidad y las facilidades que aporta a los equipos de desarrollo. Sin embargo, al igual que ocurre con cualquier otra tecnología, conviene tener en cuenta las dificultades que puede plantear en términos de supervisión, depuración, ecosistemas, latencia de origen y rendimiento.
Supervisión y depuración: uno de los principales obstáculos de la informática sin servidores se presenta a la hora de realizar pruebas de rendimiento y tareas de depuración en un entorno de estas características. Las arquitecturas basadas en servidores de toda la vida dan a los desarrolladores una mayor visibilidad de los procesos de backend. En cambio, en la informática sin servidores, las aplicaciones se dividen en funciones independientes, por lo que la depuración resulta más compleja. Al tener una menor visibilidad de los procesos de backend, los desarrolladores deben emplear técnicas y herramientas de nueva hornada para detectar y resolver los problemas.
Ecosistemas inadecuados: la ausencia de ecosistemas establecidos para la informática sin servidores puede suponer una limitación. Este método está ganando mucha popularidad, pero la realidad es que las herramientas y los ecosistemas relacionados todavía están evolucionando. Esto significa que los desarrolladores pueden toparse con limitaciones o tenerlo más difícil para acceder a las bibliotecas y los marcos de trabajo que suelen utilizarse en entornos convencionales.
Tiempos de respuesta en el origen: la informática sin servidores puede afectar negativamente a los tiempos de respuesta en el origen. Como sus funciones se ejecutan en la nube, la comunicación con el servidor de origen añade un plus de latencia. Esto puede afectar al rendimiento general de la aplicación, sobre todo para los casos de uso en los que la latencia tiene mucha repercusión.
Limitaciones de rendimiento: las limitaciones en cuanto a rendimiento del código de uso infrecuente se contraponen a la excelente escalabilidad de la informática sin servidores. En las arquitecturas con servidores dedicados, el código se ejecuta en ellos de manera continua, lo que reduce la latencia de respuesta. En cambio, cuando no hay servidores de por medio, las funciones tienen que arrancar en frío, por lo que los tiempos de respuesta de aquellas que no se suelen ejecutar puede verse afectado. Es muy importante tener esto en cuenta durante el diseño y la optimización de aplicaciones sin servidor para que la experiencia de uso se resienta lo menos posible.
La informática sin servidores presenta ciertas dificultades en cuanto a la supervisión, la depuración, la disponibilidad de ecosistemas, los tiempos de respuesta y el rendimiento. Si los tienes en cuanta, podrás tomar decisiones mejor fundadas para poner en marcha soluciones de este tipo.
La informática en la nube es todo un mundo que abarca varios modelos de desarrollo de backend, cada uno con sus propias ventajas y funcionalidades. La informática sin servidores se suele comparar con otros modelos de backend en la nube muy populares: backend como servicio (BaaS), función como servicio (FaaS) y plataforma como servicio (PaaS).
Este modelo de servicios en la nube permite a los desarrolladores externalizar la infraestructura de backend de sus aplicaciones y centrarse únicamente en el frontend. Los proveedores de BaaS ofrecen componentes de software predefinidos para actividades que se llevan a cabo en el servidor, como la autenticación de usuarios, la gestión de bases de datos, el envío de notificaciones push y el almacenamiento en la nube. Este modelo simplifica el desarrollo de backend, reduce la carga de gestión de la infraestructura y agiliza el desarrollo de aplicaciones.
Este modelo de ejecución activado por eventos permite a los desarrolladores escribir fragmentos de código (es decir, funciones) que se ejecutan en situaciones concretas. Las plataformas de FaaS gestionan la infraestructura subyacente y la escalabilidad del código según sea oportuno. Resultan idóneas para la implementación de microservicios y contribuyen a reducir costes, ya que se cobra por el número de llamadas a funciones.
Este modelo de informática en la nube pone en manos de los desarrolladores una plataforma integral para el desarrollo y el despliegue de aplicaciones. Suele incluir un entorno de tiempo de ejecución, herramientas de desarrollo y componentes prediseñados. Como resultado, los desarrolladores pueden crear, probar y desplegar aplicaciones en menos tiempo y sin necesidad de gestionar infraestructuras complejas.
Aplicaciones web y móviles: las arquitecturas sin servidores son ideales para desarrollar aplicaciones web y móviles con una gran escalabilidad y capacidad de respuesta. Las especialidades de sus funciones son las peticiones de API, la autenticación, la gestión de usuarios y otros servicios básicos de backend. Como los desarrolladores pueden crear y desplegar aplicaciones a toda velocidad, la experiencia de uso es sencillamente fantástica.
Procesamiento de archivos en tiempo real: el procesamiento de archivos en tiempo real no tiene ningún misterio para las arquitecturas sin servidores. Cuando se carga un archivo en un servicio de almacenamiento en la nube, se puede activar al instante una función para procesarlo, extraer información valiosa, hacer las transformaciones correspondientes e iniciar los procesos del siguiente nivel. Además, la gestión eficiente y automatizada de las operaciones relacionadas con los archivos no hace sino aumentar la agilidad del sistema.
Procesamiento y análisis de datos: la informática sin servidores es una solución muy potente para procesar y analizar datos. Sus funciones pueden actualizarlos periódicamente, transformarlos a intervalos programados, agregarlos y realizar operaciones de análisis complejas sin despeinarse. Las empresas pueden obtener información muy valiosa a partir de sus datos y utilizarla para facilitar la toma de decisiones.
Chatbots y asistentes virtuales: las arquitecturas sin servidores están hechas a la medida de las aplicaciones de chatbots y asistentes virtuales. Sus funciones pueden ocuparse de gestionar las peticiones de los usuarios, interactuar con servicios de procesamiento del lenguaje natural y proporcionar respuestas precisas al momento.
Microservicios y API: la implementación de arquitecturas de microservicios es más sencilla gracias a la informática sin servidores. Cada microservicio se puede desarrollar como una función independiente que ofrece escalabilidad, modularidad y capacidad de aislamiento. Estas funciones también pueden actuar como puntos de conexión de API y, por tanto, proporcionar un backend ampliable para el desarrollo de aplicaciones. Como los sistemas son modulares y fáciles de mantener, la integración resulta muy fluida y el desarrollo avanza a buen ritmo.
Un buen número de aplicaciones y casos de uso pueden beneficiarse de la arquitectura sin servidores. Desde las aplicaciones web y móviles hasta el procesamiento de archivos en tiempo real, pasando por el procesamiento y el análisis de datos, los chatbots, los asistentes virtuales, los microservicios y las API, la informática sin servidores es sinónimo de escalabilidad, flexibilidad y facilidades de desarrollo. Cuando utilizan tecnologías sin servidores, las empresas pueden centrarse en la lógica principal de sus aplicaciones, mejorar el rendimiento, reducir el gasto en infraestructura e impulsar la innovación en un panorama digital que cambia día sí y día también.
Solicita una demostración personalizada e infórmate sobre Compute de Fastly de la mano de nuestros expertos.