El streaming en vivo es un método de transmisión de datos en el que los vídeos se emiten y se reproducen al mismo tiempo, por lo que no hace falta grabarlos ni almacenarlos previamente.
Como los archivos en cuestión se transfieren bit a bit, pueden reproducirse de inmediato en un dispositivo cliente sin necesidad de descargarlos al completo. Esta tecnología tiene multitud de aplicaciones, como la retransmisión de programas de televisión, videojuegos, acontecimientos deportivos y contenidos para redes sociales en riguroso directo.
Tanto el streaming en diferido como el streaming en vivo permiten distribuir contenidos de vídeo por internet, pero su funcionamiento es muy distinto.
El streaming en diferido es la distribución de vídeos pregrabados. Los archivos se almacenan en un servidor y se transfieren bit a bit por internet a los dispositivos de los usuarios, que pueden empezar a reproducirlos antes de que se hayan descargado en su totalidad.
El streaming en vivo, en cambio, es la transmisión de vídeos en tiempo real. En este caso no se distribuye un vídeo pregrabado, sino que se reproduce al mismo tiempo en que se graba. Esto permite a los usuarios seguir eventos en tiempo real, por lo que es la opción ideal para acontecimientos deportivos, conciertos, videojuegos y contenidos paras redes sociales.
Por lo tanto, la principal diferencia está en el origen de la emisión: el streaming en diferido se utiliza para contenidos pregrabados y el streaming en vivo está enfocado a eventos en tiempo real.
El streaming en vivo consta de varias fases que se describen a continuación.
1. Captura de vídeo: todo comienza con la captura o grabación del contenido, ya sea mediante una cámara en el caso de los eventos en directo, una pantalla compartida en el caso de las retransmisiones de videojuegos o dispositivos avanzados en el caso de las emisiones profesionales en alta calidad. Los archivos de vídeo se obtienen en un formato sin procesar y suelen ser de gran tamaño.
2. Codificación y compresión: el streaming en vivo comienza con este paso. El metraje sin procesar se convierte a un formato digital o, lo que es lo mismo, se codifica. El archivo resultante suele ser una versión comprimida del original, ya que requiere menos ancho de banda y su transmisión resulta más rápida y sencilla.
3. Segmentación: una vez codificada y comprimida, la transmisión de vídeo se divide en varias partes más pequeñas también conocidas como «segmentos». Este proceso es fundamental porque permite distribuir el vídeo bit a bit para que se vaya reproduciendo mientras se transmite el resto.
4. Distribución mediante CDN y almacenamiento en caché: los archivos de vídeo ya segmentados se distribuyen a través de una red de distribución de contenidos o CDN, una red de servidores ubicados en puntos estratégicos de todo el mundo. Estos segmentos se almacenan temporalmente en la caché de la CDN para agilizar su distribución. Al enviar los contenidos desde el servidor más cercano, la latencia se reduce considerablemente y la retransmisión gana en fluidez.
5. Reproducción de vídeo: los segmentos empiezan a reproducirse en cuanto llegan a los dispositivos de los usuarios. La mayoría de las plataformas de streaming cuentan con sistemas capaces de reproducir vídeos nada más recibir una cantidad determinada de segmentos, por lo que estos comienzan prácticamente al instante.
6. Decodificación: el último paso del proceso es la decodificación, que tiene lugar en el dispositivo del usuario y viene a ser lo mismo que la codificación, solo que a la inversa. En otras palabras, el archivo digital comprimido se convierte a un formato que pueda mostrarse en la pantalla. Como la decodificación y la reproducción se producen al mismo tiempo, el usuario puede ver el vídeo en tiempo real.
Las redes de distribución de contenidos desempeñan un papel clave en el proceso del streaming en vivo, sobre todo porque permiten distribuir contenidos de vídeo con una mayor eficiencia. Como las CDN utilizan una red de servidores repartidos por todo el mundo para almacenar y distribuir los archivos segmentados más cerca de los usuarios, la experiencia de uso mejora y las transmisiones son más rápidas y fiables.
Veamos qué aporta una CDN al streaming en vivo.
1. Distribución global de contenidos: los servidores que una CDN tiene repartidos por todo del mundo se encargan de enviar los contenidos desde la ubicación que esté más cerca de cada usuario. Esta estrategia aumenta considerablemente la velocidad y la fiabilidad de las transmisiones en todas las zonas geográficas. Cuando se inicia un streaming en vivo, la CDN duplica el contenido en todos los servidores y crea copias cerca de los usuarios. Además, al conocer la ubicación aproximada de cada usuario final, la geolocalización permite localizar el contenido y regular los accesos en función de los derechos de distribución en cada región.
2. Reducción de la latencia y el tiempo de ida y vuelta: como los contenidos se almacenan en servidores más cerca de los usuarios, las CDN reducen en gran medida la latencia; es decir, el retraso que se produce hasta que comienza la transferencia de datos, y también el tiempo de ida y vuelta (RTT), que es el periodo que transcurre desde que un paquete de datos se envía al destino hasta que regresa al origen. El resultado es una distribución de datos más rápida y una transmisión más fluida.
3. Escala y carga de trabajo: las CDN están diseñadas para eventos de streaming en vivo a gran escala que pueden tener millones de espectadores simultáneos. Para gestionar esta carga de trabajo de la forma más eficiente, las CDN distribuyen las peticiones y los contenidos entre varios servidores, de modo que ninguno se sobrecarga. El objetivo de este tipo de distribución es impedir que los servidores se saturen y que las transmisiones sufran cortes incluso durante los picos de tráfico. Gracias a técnicas avanzadas de equilibrio de carga, las peticiones entrantes de los usuarios se distribuyen entre la red de servidores, por lo que ninguno recibe más de la cuenta y la transmisión mejora en términos de rendimiento y estabilidad.
4. Ancho de banda: las CDN distribuyen los contenidos de forma equitativa y simultánea entre un gran número de usuarios para aprovechar al máximo el ancho de banda. Esta funcionalidad no solo permite reproducir el vídeo con más fluidez y gestionar los periodos de más tráfico con una mayor eficacia, sino que también evita la saturación de los servidores y la carga en el búfer.
5. Optimización del rendimiento y almacenamiento en caché: los servidores de una CDN almacenan temporalmente en caché los segmentos de vídeo. Este proceso permite distribuir los contenidos con una mayor rapidez, ya que los segmentos se pueden enviar directamente desde la caché y no es necesario obtenerlos una y otra vez en el origen. Las CDN se sirven de varias técnicas para optimizar la distribución de transmisiones en directo, como el almacenamiento en caché y la compresión.
Hagamos un repaso de los puntos a favor que suponen las transmisiones en vivo para las empresas.
1. Mayor alcance: el streaming en vivo permite a las empresas llegar a personas de todo el mundo. Esto resulta especialmente beneficioso para los eventos en directo, puesto que las barreras físicas brillan por su ausencia. Las empresas pueden utilizar este tipo de transmisiones para ampliar tanto su público como su alcance a escala global.
2. Mayor fidelización: el streaming en vivo fomenta la interacción en tiempo real, lo que puede traducirse en un mayor nivel de satisfacción y la fidelización del público.
3. Datos valiosos: las plataformas de streaming en vivo suelen proporcionar datos de gran interés, como el número de espectadores, su ubicación y los índices de fidelización. Las empresas pueden utilizarlos para comprender mejor a su público, evaluar la efectividad de sus contenidos y trazar futuras estrategias.
4. Oportunidades de monetización: el streaming en vivo también puede ofrecer a las empresas oportunidades de monetización mediante transmisiones de pago, contenido prémium y acceso en exclusiva a determinados eventos. También puede atraer a patrocinadores y anunciantes para disponer de otras fuentes de ingresos.
Aunque el streaming en vivo tiene muchas ventajas, también entraña una serie de posibles riesgos que se deben gestionar con sumo cuidado.
1. Problemas técnicos: el streaming en vivo depende de la tecnología y el acceso a internet. Si el servicio se corta debido a una mala conexión o un fallo, ya sea de hardware o de software, la experiencia de uso puede resentirse.
2. Amenazas de seguridad: las transmisiones en vivo pueden ser el objetivo de ataques DDoS y otras amenazas. Si alguien accede o interrumpe el servicio sin autorización, los contenidos y los datos de los usuarios pueden estar en peligro.
3. Falta de control sobre el contenido: los contenidos que se transmiten en tiempo real no se pueden editar. Si algo falla, alguien hace un comentario inapropiado o surge un contratiempo, el público lo verá al instante, con el consiguiente riesgo para la reputación de la empresa. Además, puede que el contenido se grabe y distribuya al margen de la legalidad.
4. Incumplimiento de la normativa: existen normas y requisitos legales relacionados con la privacidad, los derechos de autor y la regulación de los contenidos. Si alguno no se cumple, puede que la empresa reciba una sanción o que se dañe su imagen de marca.
5. Obstáculos a la moderación: el contenido que los usuarios generan durante las transmisiones en vivo es muy difícil de controlar. Si un usuario dice algo fuera de lugar o muestra una actitud cuestionable, el entorno y la calidad de la transmisión pueden verse afectadas negativamente.
Las CDN desempeñan un papel clave en el streaming en vivo, ya que facilitan la distribución de contenidos, ofrecen un alcance global, reducen la latencia, optimizan el uso del ancho de banda y mejoran el rendimiento incluso durante los eventos a gran escala. Para las empresas, el streaming en vivo es sinónimo de un mayor alcance, una mayor fidelización, datos valiosos y oportunidades de monetización. Si utilizan las CDN de una manera efectiva, pueden ofrecer transmisiones de calidad y sin interrupciones a un público global.
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