El fraude de bots es la interacción ilegal con sistemas digitales mediante el uso de programas automatizados, algunos de los cuales imitan acciones humanas para engañar a las empresas con fines económicos.
Aunque los bots legítimos, como los rastreadores de motores de búsqueda, tratan de ofrecer experiencias superiores, los bots maliciosos ocultan su naturaleza automatizada para manipular a sus objetivos y aprovecharse de ellos.
El fraude de bots adquiere diferentes formas en función del área de los sistemas digitales que esté en su punto de mira. Manipular anuncios online, robar cuentas de usuarios, interrumpir la disponibilidad de productos… Hay malhechores dispuestos a todo con tal de minar la confianza de los usuarios. Veamos algunos de los tipos de fraude de bots más comunes.
Clics: los bots automatizados hacen clic en anuncios digitales una y otra vez para agotar los presupuestos de marketing de la competencia o inflar artificialmente los ingresos de quienes los publican. Este tipo de fraude se ventila los presupuestos y distorsiona las métricas de rendimiento.
Apropiación de cuentas: los bots utilizan ataques de fuerza bruta o adivinan credenciales para acceder sin autorización a las cuentas de los clientes con la finalidad de robar identidades o realizar transacciones no permitidas.
Acumulación de inventario: los programas automatizados añaden productos a carritos de la compra online para hacer creer que no hay existencias. Esta táctica puede traducirse en ventas perdidas y la reventa de los artículos a precios más altos por parte de los malhechores.
Extracción de datos: los bots extraen datos de sitios web sin permiso, a menudo para realizar análisis de la competencia o crear duplicados de los originales, lo que representa un riesgo para la información confidencial.
Relleno abusivo de formularios: los bots llenan los formularios online de información falsa o dañina para saturar los sistemas y reducir su eficiencia.
Uso indebido de API: los bots maliciosos hacen un uso indebido de las API para sobrecargar los sistemas o robar datos confidenciales, lo que puede provocar fugas de datos o interrupciones del servicio.
Reventa: los scripts maliciosos compran rápidamente productos con disponibilidad limitada y los vuelven a poner a la venta a precios más altos antes de que los clientes legítimos puedan adquirirlos.
Descifrado de credenciales: los bots intentan adivinar las credenciales de inicio de sesión en distintas cuentas con la finalidad de acceder sin autorización a información confidencial del usuario.
Reseñas falsas: las botnets publican reseñas o valoraciones falsas para distorsionar la percepción de los consumidores y mejorar o empeorar artificialmente la reputación del producto o el servicio correspondiente.
El fraude de bots tiene graves consecuencias que pueden interrumpir las operaciones y agotar los recursos. Las empresas no solo deben lidiar con las pérdidas directas, sino también con datos que no se corresponden con la realidad, la desconfianza de los clientes y riesgos en materia de cumplimiento normativo. Veamos más a fondo cómo puede afectar el fraude de bots a tu empresa.
Pérdidas económicas: los pedidos fraudulentos y los clics en anuncios realizados por bots contribuyen al desperdicio de recursos valiosos que podrían invertirse en clientes verdaderos o iniciativas de crecimiento, lo cual supone un perjuicio económico.
Problemas con la integridad de los datos: como los bots distorsionan lo que ven los sistemas, cualquier análisis de datos alterados corre el riesgo de tirar por tierra las estrategias, ya que métricas tan importantes como los índices de conversión o las tendencias por zonas geográficas pueden no corresponderse con la realidad.
Daños de imagen: cuando un cliente se topa con ralentizaciones o fallos provocados por bots, puede dar por hecho que se deben a un problema en el servicio y perder confianza en la marca.
Agotamiento de recursos: el extra de procesamiento necesario para gestionar el tráfico de bots sobrecarga la infraestructura, lo que incluye bases de datos, sistemas de pago y redes, y además aumenta el gasto operativo.
Pérdida de confianza: las fugas de datos y las cuentas en riesgo debido a ataques de bots pueden minar en gran medida la satisfacción de los clientes. Asimismo, las reseñas negativas automatizadas sobre malas experiencias que nunca se han producido pueden llegar a muchos clientes potenciales antes de que te dé tiempo a reaccionar. Recuperar la confianza perdida es una tarea titánica.
Desventaja competitiva: algunos competidores utilizan bots para acaparar inventario, inundar sitios web con comentarios falsos o manipular sistemas de distintas maneras para obtener una ventaja inmerecida. Estas tácticas, al igual que los clics falsos, contribuyen a la competencia desleal.
Problemas legales y falta de cumplimiento: una gestión deficiente de los datos relacionados con bots puede traducirse en el incumplimiento de normativas de privacidad y sanciones por vía civil o penal.
Dificultades para gestionar el inventario: las empresas pueden acabar con un exceso de existencias si los bots inflan artificialmente la demanda. Al mismo tiempo, los clientes de verdad pueden quedarse sin productos que los bots compran y revenden a precios más altos.
Identificar el fraude de bots a tiempo y coordinarse entre distintos sistemas es la clave del éxito. Veamos algunas de las estrategias para detectar la actividad de bots.
Si se supervisan las interacciones con los sistemas a lo largo del tiempo, el análisis de comportamiento ayudará a identificar patrones inusuales, como envíos de formularios demasiado rápidos, clics repetitivos o creaciones de cuentas en lote. Estas actividades no se corresponden con lo que harían los usuarios reales, por lo que pueden marcarse como sospechosas para examinarlas detenidamente.
Cada dispositivo tiene su propia configuración, lo que incluye el sistema operativo, navegadores, fuentes instaladas y complementos. Los sistemas de seguridad comparan estas huellas digitales con firmas de bots conocidos con la finalidad de detectar y bloquear dispositivos potencialmente fraudulentos antes de que causen daños.
Los sistemas de aprendizaje basados en la IA pueden reconocer automáticamente patrones de bots complejos mediante el análisis de grandes conjuntos de datos. Estos algoritmos no solo detectan comportamientos sospechosos, sino que además mejoran con el tiempo. Cuanto más aprende el sistema de los incidentes, más efectiva es la detección de bots.
Las pruebas interactivas, como CAPTCHA, analizan la forma en que los usuarios hacen clic, teclean y navegan para verificar si son humanos. Aunque no son infalibles, estas pruebas hacen que los ataques de bots a gran escala sean más complicados y salgan más caros, lo que añade un extra de protección.
Los sistemas de seguridad pueden hacer un seguimiento de las direcciones IP para asignarles puntuaciones de confianza en función de su historial. Las direcciones sospechosas pueden someterse a pasos de verificación adicionales, mientras que las fiables lo tienen más fácil para acceder.
Los sistemas supervisan las acciones y limitan su frecuencia para evitar el uso abusivo de automatizaciones. El sistema impone ralentizaciones o pasos de verificación adicionales cuando los usuarios superan la velocidad media de los humanos.
Los dispositivos y los navegadores comparten datos como el sistema operativo y el tamaño de la pantalla mediante cadenas de agente de usuario. Cuando una de estas cadenas indica que un dispositivo es móvil pero este se comporta como un ordenador, se produce una alerta. Los bots suelen utilizar cadenas genéricas, por lo que resulta más fácil detectarlos al comparar sus datos con las configuraciones de los usuarios reales.
El análisis de la forma en que los usuarios interactúan con los dispositivos (como los movimientos que hacen con el ratón y el ritmo al que teclean) proporciona identificadores biométricos que distinguen a los humanos de los bots. Esta técnica añade otra capa de seguridad al conjunto de herramientas de detección de fraudes.
Los bots pueden provocar aumentos de tráfico inusuales, mientras que el tráfico de usuarios reales suele seguir unos patrones predecibles. Al rastrear el tráfico a lo largo del tiempo, es posible detectar picos repentinos y otras anomalías que pueden deberse a actividades fraudulentas, lo que lo ayuda a tomar medidas proactivas.
Los señuelos de un sitio web están diseñados para atraer a los bots y pasar inadvertidos ante los humanos. Estas trampas no contienen datos valiosos y son muy eficaces a la hora de identificar scripts automatizados de fraudes. Cuando un bot interactúa con un señuelo, este envía una señal de ataque automatizado y proporciona datos valiosos para la detección temprana y la evaluación de riesgos.
El fraude de bots sigue dando quebraderos de cabeza a muchas empresas. Pérdidas económicas causadas por pedidos falsos, problemas de seguridad y privacidad, experiencias de uso deficientes que minan la confianza de los usuarios… Se mire por donde se mire, los ataques con bots afectan negativamente a los números de una organización. Además, dada la velocidad a la que evolucionan las técnicas de los atacantes, ninguna empresa puede ganar la partida a las amenazas emergentes por sí sola.
La solución de gestión de bots de Fastly te lo pone fácil para tener ventaja en la lucha contra el fraude. Al combinar el análisis del comportamiento, las huellas digitales de dispositivos y el aprendizaje automático, la plataforma reforzará tus defensas de formas que creías imposibles. Veamos cuáles son las ventajas de Fastly.
Seguridad elevada: Fastly detecta y detiene rápidamente los bots maliciosos para proteger tus aplicaciones y los datos de los clientes frente a los ataques automatizados.
Experiencia de uso superior: al bloquear los bots maliciosos, Fastly garantiza que las visitas al sitio web sean fluidas y ágiles para los usuarios legítimos.
Escalabilidad defensiva: a medida que las amenazas evolucionan, Fastly se va adaptando gracias a mecanismos que se actualizan por su cuenta y ofrece protección continua contra ataques de bots en auge, como los de DDoS y la apropiación de cuentas.
Gestión sencilla: los controles centralizados permiten a tus equipos supervisar las defensas contra bots de una manera eficiente, y como los paneles de control son muy intuitivos, hay que realizar menos tareas manuales para supervisar el fraude.
Detección inteligente de bots: un sofisticado reconocimiento de patrones identifica los bots mediante la detección de las anomalías más sutiles y deja vía libre a los usuarios legítimos.
Mitigación por capas: la plataforma Fastly combina varios mecanismos que dan como resultado una protección efectiva en formato multicapa. Los bots avanzados se enfrentan a un obstáculo detrás de otro y se bloquean antes de que causen interrupciones.
Información en tiempo real: las vistas basadas en datos permiten tomar medidas rápidas a modo de respuesta contra amenazas emergentes.
Reglas personalizables: la flexibilidad de Fastly permite crear políticas de autorización y bloqueo personalizadas, por lo que puedes adaptar la solución a las necesidades concretas de tu empresa.
Gran cobertura frente a amenazas: la protección abarca amenazas como los ataques de DDoS, el relleno abusivo de formularios y el robo de credenciales de inicio de sesión.
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