La evolución tecnológica de las campañas electorales
Cada ciclo electoral trae novedades tecnológicas relacionadas con la forma en que el electorado interactúa con los candidatos a través de la web. Sin embargo, muchos de los objetivos no varían: dar a conocer a los candidatos e interactuar con los votantes para pedir el voto y alentar las donaciones a las distintas campañas.
Breve nota histórica
Se podría decir que la tecnología electoral dio un vuelco en la campaña de 2008, en la que el 74 % de la población con edad de votar se conectó a internet para informarse de las presidenciales. Esta cita con las urnas fue la primera en contactar y organizar posibles votantes a través del uso extensivo de redes sociales, como Twitter, Facebook y YouTube. De hecho, se las conoce como las «elecciones de Facebook», y son muchas las voces que atribuyen la victoria de Obama al uso de internet. Más adelante, en los comicios de 2012, test A/B, métricas en tiempo real, macrodatos y proveedores de la nube fueron elementos clave implementados por los equipos técnicos de los respectivos candidatos. Entre los analistas el consenso es amplio: la plataforma de datos en que se basó la campaña de Obama de 2012 y que hizo posible el seguimiento de votantes y voluntarios fue un factor decisivo de la victoria de ese candidato.
En la campaña electoral de las presidenciales de 2016 de EE. UU., los candidatos dispusieron de muchísimos más canales online y dispositivos con los que interactuar con el electorado. Por tanto, surgieron una serie de desafíos técnicos desconocidos en las anteriores presidenciales. En este artículo, vamos a hablar de algunos de los desafíos tecnológicos a los que se enfrentó el personal de ingeniería de los candidatos a las presidenciales de 2016 y algunas de las estrategias que se pusieron en práctica.
Gestión del tráfico
Dirigir a masas de votantes al sitio web de un candidato permite informar y sensibilizar sobre los temas más candentes y fomenta debates al respecto. Difundir un sencillo eslogan en televisión puede provocar picos de tráfico inmensos, como el pico del 4600 % registrado durante el primer debate cuando los candidatos mencionaron el sitio web de Clinton o como los más de dos millones de visitas que recibió el sitio Literally Trump, que puso en marcha el equipo de Clinton.
Los equipos suelen estar preparados ante posibles incrementos del tráfico. Para ello, ponen en práctica estrategias tales como implementar una CDN, como la de Fastly, o una solución de almacenamiento adicional basado en la nube, como AWS.
Actualizaciones instantáneas
Aunque contar con una CDN es esencial para gestionar picos de tráfico, los equipos técnicos no suelen quedarse ahí: les interesa también poder actualizar contenidos del sitio y de las aplicaciones según sea necesario. Para ello, Fastly tiene varias funciones: Instant Purge, que te permite actualizar el sitio de una campaña con noticias de última hora o resultados de encuestas; y la purga de claves suplentes, que permite etiquetar elementos de forma que se eliminen masivamente, simplificando así tareas como actualizar todas las imágenes y artículos que estén relacionados con una sola noticia.
Toda solución de CDN debería, idealmente, poder adaptarse a los flujos de trabajo del equipo. Si permitiera a los equipos técnicos de la campaña desplegar nuevas versiones y aplicaciones en tiempo real (p. ej., los micrositios de respuesta rápida que creó el equipo de Clinton), se posibilitaría un desarrollo continuo. Según comenta el Chief Architect de New Relic, hacen despliegues continuamente, enviando nuevo software varias veces al día, por lo que escogieron una CDN que se adaptara a esa forma de trabajar.
Medidas de seguridad para sitios y usuarios finales de campañas
La seguridad de los datos es una preocupación generalizada en estas elecciones. Y está justificada: por ejemplo, se ha hackeado la cuenta de correo electrónico de uno de los candidatos y su contenido se ha publicado luego en los medios. Los equipos que dirigen sitios web se suelen centrar en proteger tanto el contenido de estos como la privacidad de sus usuarios finales. Las prioridades de quienes dirigen sitios web de candidatos no son muy distintas.
El uso de protocolos de cifrado como el de seguridad de la capa de transporte (TLS) ayuda a proteger la identidad y las transacciones de los visitantes, así como la integridad general de los sitios de una campaña. Además, las herramientas de mitigación de DDoS contrarrestan ataques que, de lo contrario, interrumpirían el tráfico legítimo.
Gestión de donaciones
Sin recaudar donaciones, tu campaña electoral seguramente fracase. Pero para lograrlas, necesitas herramientas y proveedores adecuados. Las herramientas de gestión de datos de pago (p. ej., Stripe o PayPal) deben ser prácticas y seguras, y garantizar que las transacciones tengan medidas de seguridad y cumplan toda la normativa. Si las aplicas, te ganarás la confianza de los usuarios y favorecerás las donaciones. Los proveedores adecuados te ayudan a ofrecer una experiencia online perfecta, para lo cual deben entender y priorizar toda la labor previa a la donación a través de internet o de una aplicación. Stripe, por ejemplo, es consciente de estas necesidades: «Nuestros clientes tienen grandes canales de ventas que desembocan en el momento del pago, y nosotros tenemos que asegurarnos de que todo funcione sin problemas».
Aplicaciones iOS y Android
Los dispositivos móviles representan el 56 % de todo el tráfico online, y el uso de smartphones se ha incrementado con respecto a las últimas presidenciales, de un 42 % (2012) a un 70 % (2016).
Tener una aplicación vinculada a un candidato es una forma eficiente de contactar con los votantes; de hecho, Obama y Romney lanzaron sus respectivas apps en 2012. Ambas tenían funciones con diferencias muy marcadas: Obama for America era una herramienta de organización política que ofrecía noticias de la campaña, alertaba a los seguidores de la celebración de eventos cercanos y racionalizaba las donaciones; Mitt’s VP, sin embargo, se limitaba a enviar una notificación cuando Romney anunciara a su vicepresidente.
Según WIRED, las de 2016 son las primeras elecciones en las que los dispositivos móviles encabezan la lista de plataformas digitales. Además, según el CTO de la campaña de Obama de 2012, la tecnología electoral actual está a años luz de la de 2012. Las aplicaciones de Clinton y de Trump utilizan funciones parecidas a los videojuegos para interactuar con los votantes; de hecho, otorgan puntos a los usuarios si comprometen el voto o ven los últimos anuncios de la campaña.
Son muchos los ingredientes que se necesitan para que una aplicación móvil sea eficaz. Aun así, es esencial que los equipos técnicos de las campañas incorporen la tecnología de notificaciones de inserción (como Twilio y Voxer) para alertar a los usuarios de noticias de última hora o eventos cercanos; y que incorporen funciones de geolocalización de IP/detección de ubicaciones para determinar la procedencia de las peticiones y dirigirlas (y personalizarlas) de forma apropiada.
Seguimiento de los datos
Los equipos técnicos de las campañas suelen verificar si sus estrategias surten el efecto deseado. Observar las métricas puede ayudarles a determinar qué funciona y qué no. Google Analytics ofrece datos reveladores sobre el comportamiento de los usuarios en los sitios de los candidatos —procedencia del usuario y acciones que realiza en el sitio—, mientras que herramientas como New Relic ayudan a recoger datos de aplicaciones. Los equipos técnicos también recurren a observar el tráfico. Para ello, nada mejor que Fastly, que permite transmitir los registros en tiempo real a casi cualquier punto de conexión. De este modo, los eventos se monitorizan mientras se desarrollan.
2020 y más allá
Ya no es posible ganar unas elecciones sin un uso intensivo de las tecnologías más avanzadas. Las campañas de las citas electorales de 2012 y 2016 han demostrado que la tecnología es esencial para contactar con los votantes, sensibilizarles, recaudar donaciones y congregar seguidores en mítines. En las presidenciales de 2020, la influencia de internet y los dispositivos móviles sería todavía mayor, con lo que se acentuaría la necesidad de seguridad. El voto electrónico es una realidad en 30 estados de EE. UU, así que creemos que esta modalidad de voto se generalizará aún más en las siguientes presidenciales. Por ello, los proveedores tecnológicos deberán hacer más hincapié aún en la seguridad y la fiabilidad de las citas electorales venideras.
Para conocer más detalles de las presidenciales de 2016, echa un vistazo a las observaciones que hicimos de la participación online durante los debates primero y último.